miércoles, 11 de junio de 2008

Ñandú, juego de la oca versión argentina


Decía el alemán Friedrich Schiller: "Sólo juega el hombre cuando es hombre en el pleno sentido de la palabra y sólo es plenamente hombre cuando juega". Será que, por lo menos a veces, no quedan más opciones que jugar.
Una muestra: el juego Ñandú, de Horacio Sánchez Fantino. Más que juego, una obra de arte. Llama la atención en la exposición colectiva El juego en el arte: rayuelas, naipes, tableros, laberintos, dados y muñecos desarrollados por artistas que, hasta el viernes 20, podrá visitarse en Mundo Nuevo Gallery Art, en Callao 1870.
En Ñandú también encuentra asidero la teoría de "la tendencia del juego", de Schiller: según esta idea, el juego se ajusta a algunas reglas pero éstas, a la vez, van organizándose en una creación libre, cosa que Sánchez Fantino hace con las reglas de su juego, una versión argentina del juego de la oca.
El principal requisito para jugar al Ñandú, se indica en la obra, es el de "vivir en la Argentina".
Después habrá que equiparse con "tres tableros, un dado argentino, varias tarjetas acomodo, un índice del Indec por mes, una ficha por participante".
El objetivo es llegar a la meta deseada antes de que se termine el tiempo prefijado, que sería "el transcurso de una vida".

Empieza el juego

Se tira el dado argentino y "se adelanta con la ficha tantas casillas como muestra el dado. Si la ficha llega a una casilla con consigna se procede de acuerdo a la lista valor de casillas", indica el esquema que se expone en la galería de arte.
El ir y venir por las casillas puede sufrir modificaciones "si el jugador posee tarjetas acomodo". Porque, claro, el que tenga alguna de estas tarjetas podrá ignorar el puntaje que obtuvo con el dado y avanzar, sin problemas, 5 casillas seguidas.
Si el jugador cae en la casilla 1, cuidado: "Piquete en la ruta, se detiene seis horas, o sea seis turnos sin arrollar el dado". Si cae en la 3, es peor: por un accidente o por falta de visibilidad en la ruta tendrá que dejar el juego.
Y las cosas no mejoran si el jugador logra superar las 23 complicadas casillas y llega a la última. En la obra se lee: "Esto es Argentina, siempre hay que volver a empezar. Vuelva a la largada y si hay otros esperando para empezar haga cola. (¡Ah! ¿Tiene la tarjeta acomodo? Dígalo bajito y vemos cómo arreglamos.)"

Ginevra Visconti

[via La Nación]

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